En el jardín francés de Felipe V hemos entrado en conversación con los elementos, las virtudes, las estaciones, las horas, los dioses, los héroes, los seres fabulosos… Nos han ido relatando sus propias historias al mismo tiempo que transmitían el mensaje simbólico de propaganda y legitimación del reinado borbónico, después de la guerra de Sucesión. Por supuesto, también la preocupación del rey por la salvación de su alma.
Hemos disfrutado de la paz, belleza y armonía del locus amoenus en un día de radiante sol, a pesar de lo avanzado del otoño: De los amarillos y ocres del otoño en los tilos y castaños, del susurro de las aguas de la Ría, del crujir de las hojas bajo nuestras pisadas.
Nuestros anfitriones han sido entre otros las Esfinges, Eolo, Anfítrite, Neptuno, Apolo, Perseo, Andrómeda, Atenea, las Musas, Diana o la Fama.
Por hoy la función ha terminado. Los actores siguen en los Jardines de la Granja de San Ildefonso esperando a todo aquel que quiera visitarlos para encarnar sus historias.